- Ya estoy aqui. Al fin.
Aspiró profundamente, y sus pulmones se llenaron de aquel aire salado y húmedo. Miró a lo lejos, y vió unas gaviotas siguiendo juguetonas a un barco de pesca. Plomizas nubes amenazaban con ocultar al sol. El viento le golpeaba la cara. Le pareció sentir, una vez más, sus caricias.
- "¿Dónde crees que deberíamos ir?"
- "No lo se, donde tu quieras"
- "¿Porqué no vamos a Finisterra?"
- "Buff, eso está muy lejos..."
- "Vengaaa..."
- "No, este año no, el año que viene, ¿Vale?"
Sacó un recipiente de la mochila. Los últimos rayos del sol teñían los instantes finales de tarde de rojo.
- "Te queda fatal."
- "¡Por que tu lo digas!"
- "Bueno, como quieras, pero cuando vayamos por la calle no te acerques a mi, no quiero que digan: ¡Eh, mira a ese, le ha capturado un tomate mutante!"
- "¡Cállate idiota, me queda genial, lo que pasa es que tienes envidia porque tu no puedes teñirte!"
- "¡Ja ja ja...!"
Una luz grisácea sustituyó al sol cuando éste se escondió tras el horizonte. Las nubes bostezaron, y la lluvia empezó a caer, perezosa, cubriéndole poco a poco.
- "¿¿Qué?? Pero... eso no es posible, es no puede ser asi, ¡Se tiene que poder hacer algo!"
- "Lamentablemente a dia de hoy no..."
- "No puede ser, no... no me lo puedo creer... yo... cuanto... cuanto..."
- "Está... muy avanzado, no creemos que pueda aguantar más de una semana..."
- "No... no... no no no..."
- "Lo lamento mucho."
Miró al horizonte. Abrazó con fuerza la urna. Cerró los ojos. Suspiró.
- Te echo de menos.
...
5 abr 2008
Finisterra
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Oye, pedazo de cabrón, no escribes nada mal, ¿sabes?
Precioso...
Gracias por leerlo gente, de verdad!
Me alegra mucho que os haya gustado! :)
¿Has estado alguna vez allí? Casi he vuelto a olerlo...
Gracias.
Parte de mi infancia la pasé en un pueblo costero, pero no de Galicia, la verdad, aunque he estado allí alguna vez.
Gracias a ti por tu comentario!
Publicar un comentario