28 ene 2008

...

- "Es demasiado largo".
- "¿Perdón?"
- "Tu último post, es demasiado largo".
- "¿Y puedo saber quien eres tu para decirme como de largo es o no es mi post?"
- "Tu conciencia, claro".
- "¿Mi conciencia? ¿Pero que cojones estás diciendo?"
- "No digas cojones, luego te sentirás mal".
- "No puedes ser mi conciencia".
- "Si lo soy".
- "La conciencia es algo abstracto, una vaga sensación, no una voz que de repente dice que tu post es demasiado largo".
- "Era sólo una sugerencia, pero vamos, como tu veas".
- "Si eres mi conciencia, dime, ¿Qué estaba pensando ayer por la noche?"
- "Pensabas que podrías colarte en el trastero de un amigo para robarle la colección completa de Classic X-Men que tiene allí guardada".
- "Joder, realmente eres mi conciencia... un momento, ¿y no debería haberme sentido culpable por pensar eso?"
- "Bueno, y... si, supongo que si".
- "¿Supones? ¿Se puede saber donde mierdas estabas?"
- "No digas palabrotas. Bueno, verás, resulta que estaba junto con tu fuerza de voluntad y tu responsabilidad. Estábamos echándonos unas risas".
- "¿Qué... ? ¿Cómo... ? ¿Pero que coj... ?"
- "Bueno, yo sólo me pasaba a decirte lo del post. Venga, nos vemos. Ah, y olvida lo de los comics, acabaría sabiendo que has sido tu y te daría una paliza".
- "¡Oh, genial, mi conciencia también predice el futuro ahora!"
- "..."
- "¿Oye?"
- "..."
- "Maldita..."

23 ene 2008

¡Penitenciagite!

Gritos. Calor. Locura. Dolor.

El infierno.

Secretamente nos reíamos de los fanáticos religiosos y su cháchara apocalíptica, de su verborrea condenatoria, de sus funestas premoniciones.

Insensatos.

El infierno no es una mera metáfora. Es real. Y está aqui. Poco a poco, sin que lo percibiéramos, ha ido tomando posiciones en la tierra. Aprovechándose de nuestra incredulidad se ha instalado, lentamente pero sin descanso, en los corazones de nuestras ciudades. Ahora es demasiado tarde. Ya no hay marcha atrás. La batalla está perdida, aún sin haberla comenzado.

Alguno direis ahora: "¿Qué dices, donde está ese supuesto infierno del que hablas, loco?" Ah, ignorantes ateos convencidos de que vuestra fe en el falso dios de la ciencia os salvará, aún no os habeis dado cuenta de lo cerca que estais de él, de las muchas formas que toma, de los muchos nombres que adopta...

... pero no os dejeis engañar por los múltiples nombres, ya que en el fondo, comparten la misma maléfica raiz y no son sino las muchas uvas de la misma vid... ¡El averno se oculta tras la fachada de las tiendas de ropa!

En el interior de estos lugares de perdición eterna moran demonios con apariencia humana, dispuestos a proporcionaros incontables horas de inimaginable sufrimiento que os harán enloquecer hasta el punto de considerar el poner fin a vuestras miserias a través de un merecido suicidio...

Nada más entrar, cánticos satánicos, que os acompañarán durante toda vuestra visita, os saludarán, alegres por haber encontrado otra víctima que añadir a su ya extensa lista. Inmediatamente después vuestras retinas empezarán a quemarse cuando vuestros globos oculares absorban la luz centelleante que todo lo ilumina. Una vez confundidos por la combinación de luz y sonido sentiréis que piezas de ropa imposibles os contemplan desde los estantes para, cuando os acerqueis, atacaros mostrándoos unas cifras que harán que las conexiones neuronales de vuestras ya trastocadas mentes se debiliten aún más, dejándolas con un pie en el estremecedor abismo de la locura. Finalmente, en algún momento de este tenebroso delirio, sereis consciente de que debeis salir de allí y, como si de meritorios trofeos se tratara, febrilmente agarraréis aquellos pedazos de tela que hayais visto en vuestro infernal trayecto, dispuestos a dirigiros a la salida de este dantesco lugar.

Pero los siervos del Angel Caído no permitirán vuestra huida tan facilmente, pobres condenados. Justo cuando ya estéis dispuestos a entregar vuestro fútil dinero en un último intento por recuperar vuestra libertad, os daréis cuenta de hasta que punto vuestra decisión de entrar fue errónea, ya que contemplaréis horrorizados como toda una turba de desgraciados malditos se han apiñado alrededor de los pocos esbirros del Maligno con el poder de permitiros el acceso al mundo real de nuevo.

Ah, veo en vuestros rostros reconocimiento... si, al fin veis vosotros también lo que yo veo... al fin os dais cuenta de lo ciegos que estábamos, incapaces de ver al mal tan cerca de nosotros... pero, quizás, aún no sea tarde... quizás, aún estémos a tiempo de salvarnos...

Oremos, hermanos míos, oremos...

18 ene 2008

Baúl de mago

¿Nunca os ha pasado que de repente os dais cuenta de que algo que veíais de una forma, realmente quería expresar otra? Es decir, me refiero a si alguna vez os habeis dado cuenta de que no estais cogiendo todo el trasfondo del asunto. Como cuando alguien os hace la pelota porque quiere algo, pero vosotros, confiados e ignorantes de la vida, pensais que realmente os valora.

Pues eso mismo es lo que siento muy a menudo. Que me pierdo algo. Algo se me escapa cual pastilla de jabón se le escapa a un recluso del ala este en el momento de la ducha comunal (bueno, no, el ejemplo no es válido, a este pilluelete el jabón se le va por otra razón, pero vamos, se entiende, ¿no?).

El caso es que intento con todas mis fuerzas captar el trasfondo de lo que me rodea. Y no estoy hablando ya de política (donde no es que capte poco, es que capto negativo), sino de todos los campos posibles. Por ejemplo, cuando escucho una canción, me gusta sentir no sólo la música, sino también lo que la letra me quiere transmitir, saber por lo que pasaba el autor cuando la escribía (que bien puede ser un momento de delirio inducido por, quizás, alguna droga poco legal, la felicidad de un hijo recién nacido, o, más habitualmente, la necesidad de llenar un disco de canciones para poder comer).

No obstante, entender lo que sucede a tu alrededor e interpretarlo no es algo tan facil como parece, y no basta con ver el telediario, o leer el análisis de la última película vista. Hay que ejercitar bastante eso que llevamos entre los hombros. No, no os dediqueis a sacar pectorales, me refiero a la cabeza (vale, vale, chiste malo de cojones, pero es que estaba a huevo...). Y encima hay que hacerlo a menudo. Y además nunca es facil (aunque digan que cada vez cuesta menos, es mentira, siempre cuesta, no os dejeis engañar). Y lo peor, es que esto no te hace más feliz. Antes bien, lo más probable es que te convierta en un amargado todavía peor de lo que ya eres (y si no lo eres, ¿a que esperas?, ¡todo un mundo de diversión te espera!). Pero, bueno, hay que hacerse una pregunta: ¿mejor ser feliz ignorando la verdad de lo que te rodea ("la felicidad de los niños"), o bien asumir que en ocasiones hay un fondo "oculto" que no se presenta tal y como es, y que, de vez en cuando, está bien eso de saber que quizás todo no es tan bonito como lo pintan?

Y es que es muy frustrante vivir rodeado de información, y no saber interpretarla. Quien sabe, quizás algún dia lo consiga. Malditas mañanas frias.

14 ene 2008

Piedra

El gigante estaba dormido. Nada a su alrededor parecía que pudiera sacarlo de su ya milenario letargo. La piedra había ido formándose a su alrededor hasta cubrirlo por completo. Incluso la insolente vegentación había decidio ocupar ese espacio recién descubierto. Poco a poco, la vida fue cubriendo al gigante, que no era ya sino una montaña con un bosque en su base. Finalmente, incluso la humanidad llegó hasta la montaña, y a sus pies construyó un poblado. Y así quedó todo.

Un día, un ligero temblor recorrió la montaña; ¡el gigante había abierto los ojos! Lentamente, movió su colosal cabeza liberándola de la piedra que la cubría. Los aldeanos, preocupados, fueron a ver por que el gigante se había despertado, amenazando de esta forma sus vidas.

- "¿Qué ha roto tu sueño, gigante, por que quieres levantarte y derrumbar esta montaña sobre nosotros?"

- "No tengo nada contra vosotros, pero he yacido durante demasiado tiempo sobre esta tierra, y siento que ha llegado el momento de cambiar mi lugar de reposo".

Los aldeanos volvieron a su pueblo y meditaron acerca de como podían evitar que el gigante terminara de levantarse, y al hacerlo, los sepultara bajo la demolida montaña. Finalmente, dieron con una solución.

- "Gigante, si quieres cambiar tu lugar de reposo nosotros podemos ayudarte, hemos traido con nosotros a un mago que te transportará a otro lugar, de forma que no tengas de destruir la montaña y nosotros no suframos por ello. Lo único que hace falta es que estés dormido, ya que si no el hechizo no tendrá efecto. Cuando despiertes, estarás en otro sitio diferente".

El gigante aceptó la condición y cerró los ojos. Entonces los aldeanos, con mucho cuidado, movieron su enorme cabeza, de forma que mirara hacia el lado contrario.

Cuando el gigante despertó de nuevo, se encontró con un paisaje desconocido. Satisfecho, volvió a sumirse en un nuevo sueño.

8 ene 2008

Papa Noel debe morir

Creo que en mayor o menor medida, todos odiamos las navidades. Las razones pueden depender, pero en nuestro interior sabemos que es cierto, hay algo que, simplemente, nos despierta nuestros más bajos instintos cuando vemos al bastardo esclavista de gnomos de Papa Noel en la tele anunciando alguna parece-genial-pero-realmente-va-a-ser-que-no oferta telefónica, o bien cuando oimos a desgarbados e insulsos especímenes humanos pronunciando en francés (en ocasiones un triste intento de) imbecilidades cuyo único fin es que pensemos que ese perfume es realmente bueno y sofisticado. O sofisticado, a secas.

Después de cierta investigación (mentira, me lo acabo de sacar de la manga) creo que este odio puede provenir de dos causas:

a) Echamos de menos a los que no están (sea por el motivo que sea), con lo que estas tan familiares fiestas no son sino un recordatorio de 14 dias de que ciertas personas no están aqui. Con lo que siempre gusta que a uno le metan un palito en el ojo, no entiendo a la gente que se pone triste por esta razón.

b) El marketing (anti-)navideño. Anuncios en la tele, en la radio, en los periódicos y en general en calquier tipo de medio que permita poner algún absurdo mensaje de felicidad navideña. Dentro de esta clasificación están también definidos dos mensajes bastante claros, a veces separados, a veces juntos:

* "Es navidad luego se feliz": por Crom todopoderoso, parad ya con esas incordiantes consignas, que no es cuestión de embucharnos la felicidad como si de patos destinados a foie-gras se tratara, oño. Cuanto más lo oigo, más ganas tengo de reventar a patadas todo aquel motivo navideño que se cruce en mi camino.

* "Es navidad luego compra": este en particular es el que a mi más odio me inspira. Compra compra compra. Todo es comprar. Todo son regalos. Todo son ganas de asesinar e incendiar cuando escucho anuncios del tipo "regala felicidad en el Navajazo Inglés". Roargh.


Lo mejor es apagar la tele, intentar no asesinar a los niños que llaman a tu puerta pidiendo el aguinaldo y recordar que aunque debería estar recompensado por ley, actualmente invadir el piso de tu vecino y quemarle el Papa Noel que tiene colgado en el balcón mientras danzas alrededor riendo compulsivamente y gritando "te tengo hijo de puta, por fin te tengo" parece ser que se considera un delito (incomprensible, sí, pero es asi).

Felices (pasadas) fiestas!

4 ene 2008

Nexus 7

Tan poco tiempo y tantas cosas por hacer.

Tantos libros por leer, películas por ver, música por escuchar, personas con quien hablar, sitios que visitar...

A veces uno se da cuenta de lo límitado que es el tiempo que tenemos. Particularmente, siempre que lo pienso mi pequeño corazón de metal se pone triste.

Tenemos fecha de caducidad y muchas veces lo olvidamos. Voy a ver la tele un rato.