14 ene 2008

Piedra

El gigante estaba dormido. Nada a su alrededor parecía que pudiera sacarlo de su ya milenario letargo. La piedra había ido formándose a su alrededor hasta cubrirlo por completo. Incluso la insolente vegentación había decidio ocupar ese espacio recién descubierto. Poco a poco, la vida fue cubriendo al gigante, que no era ya sino una montaña con un bosque en su base. Finalmente, incluso la humanidad llegó hasta la montaña, y a sus pies construyó un poblado. Y así quedó todo.

Un día, un ligero temblor recorrió la montaña; ¡el gigante había abierto los ojos! Lentamente, movió su colosal cabeza liberándola de la piedra que la cubría. Los aldeanos, preocupados, fueron a ver por que el gigante se había despertado, amenazando de esta forma sus vidas.

- "¿Qué ha roto tu sueño, gigante, por que quieres levantarte y derrumbar esta montaña sobre nosotros?"

- "No tengo nada contra vosotros, pero he yacido durante demasiado tiempo sobre esta tierra, y siento que ha llegado el momento de cambiar mi lugar de reposo".

Los aldeanos volvieron a su pueblo y meditaron acerca de como podían evitar que el gigante terminara de levantarse, y al hacerlo, los sepultara bajo la demolida montaña. Finalmente, dieron con una solución.

- "Gigante, si quieres cambiar tu lugar de reposo nosotros podemos ayudarte, hemos traido con nosotros a un mago que te transportará a otro lugar, de forma que no tengas de destruir la montaña y nosotros no suframos por ello. Lo único que hace falta es que estés dormido, ya que si no el hechizo no tendrá efecto. Cuando despiertes, estarás en otro sitio diferente".

El gigante aceptó la condición y cerró los ojos. Entonces los aldeanos, con mucho cuidado, movieron su enorme cabeza, de forma que mirara hacia el lado contrario.

Cuando el gigante despertó de nuevo, se encontró con un paisaje desconocido. Satisfecho, volvió a sumirse en un nuevo sueño.

No hay comentarios: