26 feb 2008

Males necesarios

Siempre me parecía curioso el hecho de que en mi edad del pavo al ver super-series super-guays de super-gente super-enrollada (y también, por supuesto, bastante super-imbécil) nunca conseguía identificarme con sus protagonistas. Siempre me parecían más mayores que yo, quizás esa recia barba que algunos portaban me dejaba confuso, viéndo como yo lucía únicamente un ligero difuminado oscuro sobre mis tiernas mejillas (en el mejor de los casos, trás dejarme una semana sin afeitar).

Ahora, lo comprendo. El hecho de que los supuestos alumnos tengan la misma edad que los supuestos profesores esclarece bastante las cosas. Bueno, esto último no es cierto, no todos los profesores tenían la misma edad. Recuerdo que siempre estaban los profes "guays", que se caracterizaban generalmente por ser jóvenes y rebeldes (a diferencia de los alumnos, si, que eran también jóvenes y rebeldes, pero con mochila en la espalda), y los profes viejunos, cascarrabiosos, que aportaban ese toque de sabiduría a la serie (con sus frases del estilo "en mis tiempos no nos enrollábaos con un crio de 15 años" dando seriedad y dramatismo al momento).

En fin, que decir, creo que es obligatorio el visionado de, al menos, uno de estos subproductos durante la Edad de la Estupidez de cualquier ser humano. ¿Porque? Porque igual que nos vacunamos cuando somos pequeños para no coger enfermedades más adelante, ver estos abortos de entretenimiento nos enseña a ser capaces de distinguir en el futuro la mierda a distancia, de forma que tras ver unos pocos segundos el anuncio de una serie para un dia determinado, sabremos de antemano que ese dia habrá que dejar bien apagada la televisión, bajo grave riesgo de intoxicación mental severa.

Ha sido un mensaje por tu salud mental, patrocinado por industrias textiles de Nueva Jersey ("si es bueno, y es textil, seguro que es de Nueva Jersey").

Hate-o-meter, 12 meses, 12 imbecilidades.

1 comentario:

mu dijo...

Que grande lo del pavo XDDD